Al asalto invernal de las costas y ciudades españolas

Las delicadas y protegidas playas de las Islas Cíes, un icono de la Galicia verde

No suelo recomendar viajes a nuestro propio país. Comprendo que nuestro turismo interior es fascinante, pero cada cual elige su destino en función de los gustos, pero también de las amistades y otros factores muy
personales.
Voy a romper mi costumbre: vamos a viajar a nuestro propio país, que es -repito- fascinante, muy variado y todavía con unos precios que pueden absorberse, a pesar de esta larga etapa de recesión que nos tiene sujetos en el fondo del pozo.

Un completo croquis de los nombres de las zonas playeras de nuestra península Ibérica

Además es una forma de salvar nuestra moneda y de dar vidilla a los nuestros. Turismo interior, montaña, esquí, cualquier cosa es estupenda.
Pero como yo soy de Ibiza, hoy me permitirán que les aconseje algo en otoño-invierno: asalten las costas españoles, las ciudades ribereñas. Se llevarán una sorpresa muy agradable. Y si tienen la suerte de gozar de unos cuantos días de sol comprenderán porque más de dos millones de extranjeros han escogido nuestras costas para vivir una plácida vida de jubilado.

La playa de Berria, Cantabria

 Sin descartar las diversiones que las infraestructuras mediterráneas (o gallegas) ofrecen al visitante.

La ventosa playa de Tarifa, en Cádiz, un paraíso para los surferos

Anímense.

Cala Conta, en Ibiza. La isla es acogedora durante todo el año.

Además, ¿por qué no decirlo? La costa española, líder mundial de calidad con 571 banderas azules